Dentro de cada mujer habita una fuerza poderosa. En nuestro ser más íntimo reside un torbellino de buenos instintos, de creatividad, de pasión y conocimiento atemporal que, en ocasiones, la propia sociedad nos ha hecho olvidar en su intento por «domesticarnos»
Clarissa Pinkola Estés, del libro mujeres que corren con lobos
Cada vez hay más personas con útera , en su mayoría mujeres que experimentan , malestar en esta parte de su cuerpo, inflamaciones exageradas, dolor muy intenso, virus de papiloma, quistes y miomas entre otros ; la reconexión con la propia naturaleza instintiva , una espiritualidad laica y reconocer las memorias que habitan en nuestro útero contribuye a devolver a la útera su estado natural de placer y gozo.
Y me detengo aquí , es este punto para hacer especial énfasis a la reconexión con el PLACER y la transformación del dolor. Somos placer , venimos al mundo a través de un orgasmo que genera una eyaculación y en combinación de sinergias se produce la vida, por tanto estamos conectadas primigeniamente más al placer que al dolor. Sin embargo , en la mayoría de ocasiones en nuestra vida como adolescentes / adultas nos relacionamos más a través del dolor que del placer; esta transformación , es el proceso que yo llamo de domesticación de las mujeres y alejamiento de su esencia.
Desde que somos pequeñas se nos domestica para tener vergüenza o no reconocer aquellas cosas que nos hacen sentir placer como pueden ser ( reír hasta no poder parar, comer con las manos , jugar hasta largas horas y un sin fin más ) , y por tanto nos adaptamos a normalizar el dolor en nuestras vidas y en nuestros cuerpo. Y es aquí donde justamente las uteras empiezan a reclamar su necesidad de sentir placer y nos muestran el dolor como aquel viaje de la heroína para volver a conectar con su origen y recordar que todas somos parte de algo mayor en sintonía con el puro disfrute.
Quizás te puedas sentir reconocida en recibir estos mensajes cuando eras un niña: NO saltes así, No te Rías demasiado, Así No se come, Como puedes llevar esa ropa etc. y todos estos mensajes van calando en nuestra mente y conformando la creencia donde el PLACER no está bien visto, y lo tenemos que reprimir para socializar y ser aceptadas.
En mi experiencia el malestar que expresan actualmente las uteras a partir de los diferentes síntomas , es el malestar ante una cultura que ha menospreciado el disfrute y ha convertido el dolor como algo normal en nuestras vidas.
Y una servidora viene a compartir que esto no tiene porqué ser así, y aún cuando esté bienvenido y aceptado el dolor en nuestras vidas no es necesario que sea el Lev motivo de nuestra vida. Más allá de este paradigma impuesto hay algo más.
Tal y como explica Marian Woodman es su libro, adicción a la perfección libro altamente recomendable , nos indica algunas de las causas del malestar en la útera como consecuencia de un desequilibrio entre el masculino y el femenino interno que lleva a la persona a buscar su sed de divinidad ( PLACER) a través de un patrón de comportamiento obsesivo que le impulsa a permanecer en una relación de amor / odio consigo misma hasta que no toma consciencia de sus propios instintos. La lucha que se genera internamente genera una cárcel interna , y aquí te comparto dos preguntas para empezar a romper barreras,
¿Qué siento ? ¿Qué necesito ?
Estas dos preguntas son básicas a tener en cuenta durante el transcurso del día para escuchar que demandas hay en tu interior, y volver paso a paso a dar lugar al instinto, como por ejemplo , siento sueño, duermo, siento hambre, como, así de simple pero hay algo que no nos permite satisfacer nuestros instintos porque la mayoría hemos recibido una educación de vergüenza y ocultamiento a todo lo que conlleva satisfacer las necesidades instintivas que experimentamos en nuestro día a día . Es aquí cuando nuestro útera, símbolo del inicio de la vida y la fertilidad empieza a gritar y manifestar síntomas, en ese momento el cuerpo/ templo empieza a poner todos sus recursos en marcha para que llegue el mensaje que algo no está en su lugar y necesita ser visto.
En nuestra cultura hemos asesinado a la Gran Madre . Gran Madre entendida como la fuerza de amor incondicional nutrición y dulzura como origen de toda vida; Maltratamos a la naturaleza, así como maltratamos y no respetamos las necesidades de nuestro cuerpo , Como resultado nos hemos desvinculado de los símbolos , los rituales y de la conexión innata con la naturaleza. Sin símbolos , ni rituales y sin conexión con la naturaleza estamos incompletos , ya que nuestro instinto religioso no está siendo visto ni puesto en valor, algo no está en su lugar. Hay una sensación de estar incompleta y consciente o inconscientemente ya lo sabemos.
Con el instinto religioso me refiero al concepto que creía Jung de que la religión , viene del latín religere , y entonces este instinto religioso no es más que religar, volver a unir a la mujer/hombre con su naturaleza , con su instinto innato de creer en algo más allá, como sustentador de la vida.
Personalmente en este camino de religarme con lo sagrado en mi día a día te comparto dos rituales que hago todas las mañanas para dar espacio a este instinto y recordar que soy símbolo también, en otras palabras estas acciones ritual marca en mi ser una información que ya soy sagrada , me recuerdan como volver a casa
En primer lugar cuando me levanto por la mañana y pongo los pies en la Tierra , lo primero que hago es tocarla con las dos manos y dar las gracias, no me lleva más de 15 segundos y es algo que me conecta profundamente con mis raíces , hay días en que le doy las gracias y también recojo la energía necesaria para afrontar el día.
Y el segundo ritual que practico, es ponerme las dos manos en el bajo vientre , visualizando la útera , me imagino como mis dedos le acarician y le transmiten calor, después de 3 respiraciones profundas y un silencio le pregunto ¿ Qué es lo que está pasando aquí?
Y dejo que llegue la información. A veces no llega en el momento, pero es sorprendente como va haciendo su efecto a lo largo del día.
Otro ritual que puedes practicar es convertirte en la exploradora de tu propio placer , recordar que en cada situación que tengas en tu vida tienes la oportunidad de acercarte al placer, incluso si esta es dolorosa en un primer momento,, seguro con la escucha necesaria puedes conectar con el placer a partir de esa experiencia.
Por experiencia propia y lo que he podido aprender de las mujeres a las que acompaño volver a la sabiduría del cuerpo trae mucha sanación a nivel individual y de todo el linaje , sobretodo a los útero que ancestralmente han sido tan maltratados y sometidos.
CUANDO SANA UNA SANAMOS TODAS
Preguntar a tu útera, darle el espacio y reconocerle con amor es volver a poner el valor tu mujer instintiva, auténtica y salvaje al servicio de lo divino que hay en ti.
Resignificando cada dolor , cada memoria, cada experiencia para dejar de escapar y acercarnos cada vez más al placer, grabarnos a fuego que somos placer y para experimentarlo es necesario atravesar las capas del dolor .
Dejando de sentir que hay algo malo con nuestros cuerpos cuando nuestra útera manifiesta un síntoma, todo lo contrario es el mensaje de la sabiduría de tu cuerpo para avisarte que hay algo que debe de ser visto de nuevo .
El resultado tangible lo tenemos en como las estadísticas hablan que en el momento en que empezamos a hacer consciente las memorias de dolor y construimos un nuevo vínculo más amoroso y honesto con nuestro cuerpo, los diferentes síntomas que aparecen en la útera y otras partes de nuestro cuerpo empiezan a disminuir e incluso desaparecen en muchos casos .
En acompañamientos suelo ver como las mujeres a través de la consciencia de su ciclo menstrual disminuyen su dolor durante el sangrado e incluso desaparecen.
Se podría decir que el malestar que expresa el útero es un llamado a recuperar el poder de la mujer instintiva que reside dentro de ti.
AYUDARTE A RECORDAR TU PODER ES MI MISIÓN , MI OBJETIVO Y MI PASIÓN .
Por un mundo lleno de mujeres conectadas con su fuerza, reconociendo cada paso y dándose aliento para continuar el camino desde el placer y el gozo como constante en nuestra vidas.